¿Qué es el Comunismo Anárquico?

El comunismo anárquico es una doctrina revolucionaria que lucha por la superación de la actual sociedad basada en la explotación, la opresión, el autoritarismo y la pobreza. Luchamos por una sociedad que se funde bajo el principio de “de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades”,
en la cual se haya eliminado la propiedad privada de los medios productivos y a la clase (patronal) que vive a costa del trabajo ajeno, pasando los medios de producción y distribución a manos del conjunto del pueblo y su gestión a manos de la colectividad de trabajadores directamente involucrados en él. Del mismo modo, queremos poner los inmensos avances de la sociedad actual no para satisfacer las ansias de ganancia y acumulación de no poco según la lógica del mercado, sino que para satisfacer las necesidades de todos. Reorientando el trabajo en este sentido, verdaderamente útil y creador, podremos alcanzar el objetivo final de al abolición del sistema del trabajo asalariado, en el cal no se nos permite gozar de nuestra labor, sino que ésta, está destinada a enriquecer a la burguesía.

Del mismo modo, queremos refundir las relaciones sociales sobre bases federativas, de abajo hacia arriba, desde las unidades básicas a las más complejas, de modo que podamos volver a ser dueños de nuestras vidas y no nos veamos sometidos al papel de ejecutores de voluntades externas. Demandamos participación real en todos los aspectos que nos incumben en nuestras vidas, activa y consciente. Esto implica la abolición del Estado, como un organismo centralizado, cupular y enajenador del poder popular. Sólo de esta forma, podremos crear una vida llena de sentido y dignidad en la cual no tengan cabida el egoísmo, la explotación, la pobreza ni la opresión en ninguna de sus formas. Una vida en la cual la solidaridad y la libertad impregnen todos los aspectos de nuestra existencia. Pero esto no ocurrirá sólo con buenas intenciones. Hay que generar las condiciones materiales para que esto ocurra. Y estas condiciones sólo se pueden generar mediante la revolución social y la práctica de la acción directa, ya que tendremos que enfrentar la enconada oposición de quienes hoy detentan los privilegios.

Para alcanzar este fin, es necesario que quienes sostenemos estas aspiraciones, os anarquistas, nos organicemos en todos los espacios en que nos desenvolvemos, ayudando en ellos a prefigurar el mundo por el que luchamos y ayudando a que nuestras organizaciones sean herramientas de transformación social. Ello implica que debemos participar activamente en nuestros sindicatos, federaciones estudiantiles, agrupaciones poblacionales o coyunturales, impulsando en ellas nuestra orientación. Del mismo modo, implica que nos organicemos en agrupaciones de carácter político revolucionario, con el fin explícito de desarrollar nuestras políticas, bajo principios unitarios (tanto en la teoría como en la práctica) y federativos, y con disciplina.

Nuestra meta, la sociedad comunista anárquica, no es algo que tengamos que esperar a que un día suceda mágicamente. No se trata e una utopía. Se trata de una meta alcanzable, cuyas raíces se encuentran en nuestra propia sociedad y es necesario que desarrollemos los elementos que la hagan posible. Este norte se materializa a cada momento en la lucha, se hace real y presente en la medida en que construimos poder popular, en la medida en que desarrollamos las potencialidades asociativas, organizativas, y de lucha de nuestra clase. En fin, esta sociedad se prefigura, en la medida en que luchamos por acabar al capitalismo, a la vez que sentamos las bases de una nueva vida.

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